Resulta que los ciclistas profesionales no están obligados a llevar, según la legislación vigente, el casco mientras entrenan (‘se regirán por sus propias normas’), ¿tiene eso algún sentido?
Al margen de la normativa, muchos de ellos efectivamente no lo usan en todos sus entrenos, y todos los que montamos en bici habitualmente hemos podido acreditarlo. Mientras escribo estas líneas me vienen recuerdos de famosos ciclistas posando para la foto, y sin casco. Por ejemplo en marchas cicloturistas a las que son invitados, precisamente, para atraer la atención de muchos aficionados.
Lo que a mi juicio es más preocupante es el ejemplo que se da, si no se lleva el casco puesto. Está muy bien que llevemos las equipaciones y monturas, si podemos permitírnoslo, de nuestros ídolos, pero que prescindamos del casco porque ellos lo hacen no tiene sentido, y ellos deberían de ser muy conscientes de esto.
Personalmente, creo que deberían usarlo siempre por su propia seguridad. Yo lo llevo puesto hasta para comprar el pan (en bici, de momento sólo en bici). Imagino que no soy el único que se ha caído alguna vez, precisamente en las situaciones que parecen menos peligrosas, cuando sin quererlo nos relajamos y perdemos la concentración. En eso casos, a velocidades reducidas, el casco es muy efectivo.
De acuerdo al 99,9% con lo escrito. El peligro de ser atropellado, es el mismo para profesionales o no profesionales, el cafre o el despistado es el mismo para todos.
El 0,1% en desacuerdo es que deberías ponerte el casco para ir a por el pan, incluso sin bici.
Hola Antonio,
Esperemos que no tengamos que llegar a usar el casco, incluso sin la bici 🙂 La verdad es que te acostumbras y ni notas que lo llevas. No es al primer compañero de rutas que le tenemos que decir que se lo quite cuando ya hace rato que hemos terminado de dar pedales y estamos celebrándolo en el bar.
Saludos,
Álex
El casco como el cinturón; siempre hay que llevarlo puesto.
http://elchicodeltransporte.blogspot.com/
Yo había adoptado la tonta costumbre de no ponerme el casco. Hace poco menos de un mes tuve una caida en la que -así lo quiso Dios-, llevaba el casco puesto. Si no lo hubiera tenido ya estaría contando los puntos en mi cabeza. Han sido pocas las veces que me he caido de la bici, pero cuando las cosas tienen que suceder, suceden. A USAR EL CASCO.