Temperaturas elevadas, fuerte viento de poniente, una probable imprudencia y, como resultado, un montón de hectáreas destruidas en Vall d’Alcalá. Una verdadero desastre, como hemos podido comprobar unos días después del incendio. Éste era uno de los últimos pulmones del interior de la Marina Alta, que une las provincias de Alicante y Valencia. Es difícil describir lo que se siente al recorrer esos caminos, acostumbrados como estábamos a la imagen que tenían apenas unos días atrás.

Ya antes, el mismo día del incendio, pudimos comprobar como éste elevaba la temperatura en la zona súbitamente, haciéndonos buscar un refugio, ya que era prácticamente imposible dar pedales enfrentándose a un viento que parecía querer fundirnos junto a nuestras monturas, apenas si se podian tocar las manetas de los frenos que parecían arder también. Todo esto cuando ignorantes nos preguntábamos cuál sería el origen de ese aire infernal. Sufrirlo desde dentro, amenazando de muerte a quienes tratan de sofocarlo, y las vidas y los bienes de sus vecinos, debe ser algo tremendo, esperemos que tarde mucho en repetirse.

fuego en Vall d'Alcalafuego Vall d'Alcala